En busca de un país más pacífico y respetuoso de los derechos humanos, el ex senador Gustavo Bolívar y Luis Emil Sanabria Durán, cofundador de Red de Paz, comparten sus perspectivas sobre los avances y desafíos en la lucha por la paz en Colombia.
La paz en Colombia siempre ha sido un anhelo compartido por todos los ciudadanos y ciudadanas, y el gobierno del cambio liderado por el presidente Gustavo Petro ha dado énfasis a la defensa del derecho a la vida, considerado el más vulnerado en nuestro país. Aunque queda un largo recorrido por delante, es alentador ver cómo se han registrado avances en la promoción y protección de los derechos humanos en diversos territorios.
El gobierno nacional ha apostado por un enfoque osado al abordar el conflicto armado interno, estableciendo diálogos simultáneos con varios grupos al margen de la ley, incluyendo disidencias de las FARC y bandas criminales urbanas. Esta estrategia integral busca alcanzar una paz total, sin dejar excluidos a ningún grupo, y abordar las causas subyacentes del conflicto.
El diálogo con todos los actores armados permite establecer transformaciones en los territorios y brindar oportunidades de cambio para los jóvenes, quienes son especialmente vulnerables al reclutamiento por grupos armados. Esta aproximación también representa una apuesta por el bienestar económico y la estabilidad social, factores fundamentales para la construcción de una paz duradera.
El acercamiento del gobierno del presidente Gustavo Petro a las comunidades y a las víctimas ha sido un pilar fundamental en la construcción de la paz. Escuchar sus voces y presentar soluciones concretas es clave para abordar las problemáticas locales y contribuir a una convivencia pacífica.
Es relevante destacar que el camino hacia la paz en Colombia también se vincula con el desarrollo equitativo de los territorios, tanto los históricamente excluidos como las grandes ciudades. Garantizar una presencia estatal que atienda las necesidades de las comunidades es esencial para la construcción de una sociedad más justa y cohesionada.
Desde la perspectiva legislativa, se vislumbran múltiples retos para materializar la paz. El gobierno se ha propuesto presentar una serie de proyectos de ley, entre ellos la regulación del cannabis, la prohibición del fracking y la reforma a la educación superior. Estas iniciativas, si bien necesarias, deben priorizarse y gestionarse de manera efectiva para evitar congestionar el proceso legislativo y asegurar su pronta implementación.
Un aspecto clave que el gobierno nacional busca abordar es la política de drogas ilícitas, la cual ha demostrado ser ineficaz y ha generado victimización entre los campesinos. La propuesta de una alianza estratégica mundial para enfrentar este desafío, junto con el diálogo con los herederos del paramilitarismo y bandas criminales, es un paso importante hacia la superación de este problema.
En este sentido, resulta imperativo acelerar la aprobación de leyes que prioricen la reparación colectiva a las comunidades en los territorios afectados por la violencia. La inclusión de programas de salud, vivienda y reconocimiento de la cultura contribuirá a fortalecer el tejido social y a integrar plenamente a los ciudadanos y ciudadanas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Resumen
La lucha por la paz en Colombia representa un desafío constante, pero también una oportunidad para la transformación social. El enfoque integral, el diálogo con todos los actores y el acercamiento a las comunidades son pilares fundamentales para alcanzar una paz total y duradera. Además, el gobierno debe priorizar y gestionar eficientemente las reformas legislativas propuestas para asegurar un avance significativo en el camino hacia la paz.
Colombia tiene el potencial de convertirse en una potencia turística y económica si logra superar las adversidades y construir un futuro basado en el respeto a los derechos humanos, la justicia social y el bienestar de todos sus habitantes.
Un comentario